Hace ya cuatro años el delantero samario Radamel Falcao García acrecentó su leyenda en la Selección Colombia al ser el autor de un importante gol ante Brasil, que garantiza lo que es a la fecha el sexto empate logrado por eliminatorias ante los pentacampeones mundiales.

Por aquellos días Falcao trataba de regresar a ser el mismo delantero feroz que era antes de la lesión de rodilla, y comenzaba mostrar un buen nivel con el AS Mónaco de Francia. 

El ariete llegó a ese duelo, jugado el 5 de septiembre del 2017, con la ilusión de poder hacer algo importante ante una Brasil que tenía en Neymar a su máximo exponente y que estaba dominando a placer en la eliminatoria. 

Fue precisamente Neymar el que desbarató la defensa colombiana en una jugada con un pase brillante tras un pelotazo de Dani Alves. 

Neymar aprovechó para asistir al puntero William, quien desenfundó un violento zapatazo de derecha para anidar la pelota en el ángulo derecho del arco sur y dejar sin opción alguna al portero David Ospina, cuando iban 45+2 del primer tiempo. 

La magia del público no se ablandó y empujó al equipo para la segunda mitad.

Aunque el equipo no fluyó bien, si encontró en una jugada por la banda derecha la llave para destrabar la situación. 

James Rodríguez frotó la lámpara para sacar un taco brillante a Santiago Arias, quien desbordó por la banda derecha y lanzó una pelota de centro preciosa al área, al primer palo. 

Fue ahí cuando el 'Tigre' sacó las garras, siempre oportunas, para desequilibrar el duelo a su favor. 

El goleador anticipó a los defensas y como una fiera se abalanzó sobre la pelota para empujar la pelota en las redes, a los 56 minutos. 

El duelo terminó en tablas con Neymar y James dándose un abrazo minutos antes y diciendo: dejemos las cosas hasta acá. 

Falcao, el hombre de las hazañas, el hacedor de milagros para la Selección, se perfila hoy como un posible candidato a la titular. 

Sin embargo, sea así o no, lo cierto es que tendrá minutos para mostrar su clase y tal vez pueda volver a hacer que las gradas se conviertan en una jungla donde se sienta el eco de su rugido goleador.